Cuando nos proponemos crear un plan para alcanzar nuestras metas financieras, empiezan a aparecer diferentes preguntas sobre cómo crear uno efectivo y cómo determinar cuáles son las estrategias adecuadas de acuerdo con nuestras posibilidades. Una de las preguntas más frecuentes tiene que ver con el ahorro y la inversión: ¿cuál es la mejor estrategia para mí y qué opción me brinda mayor rentabilidad?
Veamos algunas de las diferencias más relevantes entre el ahorro y la inversión. De esta manera, podrá ver cuál se adapta mejor a sus objetivos.
1. ¿Qué es ahorrar y qué es invertir?
Empecemos por lo básico: ¿qué implicaciones tiene realizar un ahorro o una inversión? En pocas palabras, ahorrar significa guardar parte de sus ingresos para alcanzar alguna meta financiera en el futuro o para tener la capacidad de reaccionar ante un momento de crisis.
Por otro lado, invertir significa guardar parte de su dinero para suplir necesidades a largo plazo, gracias a que existe la posibilidad de generar rendimientos por el capital invertido.
2. Tenga en cuenta el plazo y los tiempos de cada una de sus metas
Al momento de definir su plan financiero, es importante que defina las metas que quiere alcanzar y los plazos en los que podrá cumplir cada una de ellas. De esta manera, puede escoger con mayor facilidad las herramientas que le permitirán acercarse a sus objetivos.
Ahorrar es un método sencillo y muy efectivo para alcanzar metas que tienen plazos cortos. Por ejemplo, si su intención es realizar un viaje fuera del país sin solicitar un crédito, un plan de ahorro bien definido podrá brindarle el presupuesto necesario sin ningún problema.
Por otro lado, invertir es un método que le permitirá alcanzar metas de plazos más largos. Por ejemplo, si invierte en finca raíz, compra una vivienda y luego la arrienda, podrá obtener unos ingresos constantes adicionales que le ayudarán a tener finanzas más balanceadas durante largo tiempo. Todo depende de las metas que usted desee alcanzar.
3. Analice cuál es su nivel de capital y qué riesgos está dispuesto a asumir
Además de los plazos recomendados para ahorro o inversión, otro punto importante que los diferencia es el capital que usa y los riesgos que se asumen. Por ejemplo, cuando hablamos de ahorro, nos referimos a controlar con más detalle nuestros gastos y poder destinar una parte de nuestros ingresos a metas futuras. Es decir, guardar un monto, así sea pequeño, para cumplir un objetivo específico.
Ahora bien, cuando hablamos de invertir, nos referimos a poner una parte de nuestro dinero en algún tipo de iniciativa financiera que nos genere rentabilidad y represente algunos riesgos, como por ejemplo en un Fondo de Inversión Colectiva. En la inversión no se tiene la certeza de cuánto va a ganar por los recursos invertidos y, dependiendo de la inversión, puede incluso no ganar algún monto adicional a lo invertido. Sin embargo, muchos instrumentos financieros hacen la promesa de generar niveles importantes de rentabilidad haciendo que el riesgo sea prudente en la mayoría de las ocasiones.
Para finalizar, es importante que una vez que conozca todas las diferencias que existen entre el ahorro y la inversión, evalúe de qué manera estas opciones financieras se incluyen en sus planes. Recuerde que el ahorro tiene una menor rentabilidad, no implica ningún riesgo y está hecho para metas a corto plazo. En cambio, la inversión le brinda una rentabilidad mayor, implica riesgo y es aconsejable hacerla para objetivos a largo plazo.