En el sector solidario se habla con frecuencia del relevo generacional. Se menciona en congresos, en juntas directivas y en planes estratégicos. Pero, si se observa con sinceridad, todavía existe un abismo entre lo que se dice y lo que realmente se está cumpliendo.
Porque se insiste en abrir espacio a los jóvenes, pero cuando ellos levantan la mano, muchos sienten que no se les escucha, que sus ideas no avanzan y que, en la práctica, no se les permite crecer hacia cargos de mayor responsabilidad.
Y lejos de ser un asunto menor: es un indicador claro de desconexión interna que impacta directamente el futuro del sector.
¿Cómo se ve el panorama internacional del relevo generacional?
Aunque la ley colombiana no menciona de manera explícita el relevo generacional, varios organismos nacionales e internacionales lo reconocen como un pilar estratégico de sostenibilidad para las cooperativas y la economía social.
La Alianza Cooperativa Internacional (ACI), en la Declaración de Juventud del Foro Mundial de la Alimentación (2025), afirma:
“La inclusión de los jóvenes no es una opción, sino una necesidad estratégica”.
Y hace un llamado a reconocerlos como iguales en la toma de decisiones.
De igual forma, un artículo del Portal de la Economía Solidaria de España (julio de 2025) señala:
“Cada vez más jóvenes se acercan buscando formas de vida y empleos coherentes con sus valores.
Sin embargo, su participación sigue enfrentando barreras: precariedad, estructuras poco flexibles y falta de relevo real.”
Una de sus conclusiones resume lo que ya muchos jóvenes en América Latina también sienten:
“Si la Economía Social y Solidaria quiere formar parte del imaginario de las nuevas generaciones, debe actualizar no solo su relato, sino también sus prácticas.”
Nada lejos de lo que se escucha en los encuentros juveniles del sector solidario, donde frases como:
“Queremos participar, pero necesitamos oportunidades reales y confianza de los líderes actuales.”
Y son estas y muchas afirmaciones que demuestran la realidad del asunto.
Cuando las ideas nuevas se reciben con resistencia o los roles asignados son únicamente “de apoyo”, el mensaje es claro: no se les considera preparados para liderar.
Una invitación a la confrontación
Si en una entidad se habla de relevo generacional, pero:
- No hay jóvenes participando activamente en los espacios de decisión.
- No existe presupuesto asignado para proyectos liderados por ellos.
- Su participación en comités o consejos es inferior al 10%.
Entonces no se está promoviendo el relevo… se está postergando.
Pasos concretos para empezar hoy
- Incluir jóvenes en todos los congresos gremiales.
No solo como asistentes, sino como voces activas que aporten su visión del sector.
- Garantizar un mínimo del 10% de participación juvenil en Consejos y Comités.
No como una cuota simbólica, sino como una acción institucional verificada en informes y balances.
- Asignar presupuesto real a iniciativas juveniles.
No hay empoderamiento sin recursos. La participación debe evidenciarse con inversión en proyectos diseñados y ejecutados por jóvenes.
La conexión que se necesita construir
El sector solidario nació sobre la cooperación, pero hoy necesita sumar un valor urgente: la confianza intergeneracional.
No se trata de ceder espacio, sino de compartirlo.
Porque si no se transforman las estructuras internas, mañana no habrá a quién entregar el relevo.