En el sector solidario, uno de los mayores desafíos no es atraer nuevos asociados, sino evitar que los que ya tienes se desconecten en silencio.
La llamada “fuga silenciosa” no aparece de inmediato en los informes anuales. Primero se manifiesta en pequeños comportamientos: menos uso de los servicios, inactividad en aportes, ausencia en actividades… hasta que un día, el asociado desaparece de la base social.
El problema es que, cuando por fin lo notas en las cifras, ya es tarde.
El costo de la desconexión invisible
Una base social que crece en número, pero no en participación, no es sinónimo de éxito.
Imagina una cooperativa con 8.000 asociados, donde el 25% está inactivo. Eso significa que 2.000 personas no usan servicios ni generan ingresos. Si cada una representara $20.000 mensuales en aportes o consumos potenciales, hablamos de $40 millones mensuales que no entran a la entidad. Más de $480 millones al año.
Y lo más duro: estos asociados no se fueron de la noche a la mañana. Habían dado señales de desconexión mucho antes.
Tres pasos para detectar la fuga de forma proactiva
1. Revisa los patrones de uso
- Los informes te dicen quién está activo, pero pocas veces se analiza quién dejó de estarlo.
- Haz una revisión mensual de los últimos servicios utilizados, el promedio de aportes y el historial de consultas en tus canales. Si alguien que era constante deja de aparecer, ahí tienes la primera alerta.
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Mide señales tempranas de desconexión
El asociado no se va sin avisar. Lo hace en silencio, pero deja huellas.
Algunas de las más comunes son:
- Aportes suspendidos o inconstantes.
- Quejas recurrentes o sin resolver.
- Ausencia en actividades donde antes participaba.
Si no mides estos puntos, estás dejando que la fuga crezca sin control.
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Segmenta y actúa con intención
No es lo mismo alguien que lleva un mes inactivo que quien no se conecta desde hace dos años.
El primero aún puede reconectarse con un mensaje oportuno. El segundo, probablemente ya esté perdido.
La clave está en segmentar para decidir a quién vale la pena reconectar.
Lo que se gana al actuar antes
Retener al 5% de los asociados que hoy están en riesgo puede representar millones en ingresos salvados y, sobre todo, estabilidad en la base social.
No se trata de hacer más actividades o enviar más promociones. Se trata de enfocarse en lo que de verdad genera conexión: entender al asociado, escuchar sus señales y responder con acciones visibles.
La diferencia entre reaccionar y prevenir
La mayoría de las entidades esperan a que el asociado se retire para tomar nota de la razón que marcó en el formulario de salida.
Pero cuando trabajas proactivamente, dejas de apagar incendios para empezar a cuidar lo más valioso: la confianza de quienes ya creyeron en ti