En Colombia cada vez existe una brecha más grande entre las clases sociales y una gran diferencia entre la población consumista y la población que no alcanza a satisfacer varias de sus necesidades básicas; estas brechas se han dado a conocer en un porcentaje mayor en esta crisis sanitaria del COVID -19, donde las oportunidades laborales cada vez son menos y el escenario da a conocer la desigualdad y la crisis a nivel socio- político, económico y cultural.
Por lo tanto, la economía informal es considerada como una gran problemática y la mayoría de esfuerzos están dados por grandes empresarios y sectores que discriminan o acaban a los pequeños comerciantes y productores que hacen parte del mercado informal.
Es por ello que el mercado informal presentado en el país surge como una de las tantas manifestaciones de la población colombiana, dada la baja oferta laboral y de oportunidades, motivo por el cual esta práctica se convierte en una alternativa de adaptación al espacio público sin oportunidades. Sin embargo y pese a que la actividad informal genera ingresos para el sustento diario de los trabajadores, continúa siendo un trabajo desarrollado en condiciones altamente deficientes, en cuanto a capacitación, seguridad social, y culturalización.
De acuerdo con el DANE el índice de desempleo para marzo de 2021, fue de 14,2%, lo que representó un aumento de 1,6 puntos porcentuales comparado con el mismo mes del 2020 (12,6%). La tasa global de participación se ubicó en 60,3% y la tasa de ocupación en 51,7%. Para el mismo mes del año anterior estas tasas fueron 59,2% y 51,7%, respectivamente y en el trimestre diciembre 2020 – febrero 2021, la proporción de ocupados informales en las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 48,1%. Para el total de las 23 ciudades y áreas metropolitanas la proporción de informalidad fue 49,2%, lo que representó un aumento de 1,3 puntos porcentuales comparado con el trimestre diciembre 2019 – febrero 2020 (47,9%).
Estas cifras son contundentes e impactantes. Sin embargo, habría que preguntarse ¿qué tanto conocemos de este tipo de economía? y, precisamente, ¿cómo el marketing social influye en la economía informal? El tema tiene grandes dimensiones; pero es poco abordado o conocido por empresas, ejecutivos y para el mismo Estado, la academia e incluso la misma sociedad. Es vital que para cualquier empresa actor en actividades comerciales, entendiera lo importante que es este tema, sus aspectos y características más importantes. Es más, pensamos que, conociendo más acerca de la economía informal permitiría entender muchas y nuevas características de la mayoría de mercados colombianos.
Por otra parte, el marketing social busca crear valor para las personas, causas y propósitos sociales, pudiendo generar relaciones a largo plazo. Estamos seguros y convencidos que en una economía informal el marketing social podría desarrollar una herramienta de búsqueda para lograr acciones comerciales, donde se genere valor en sus labores de comercialización, al margen de la informalidad en la que opera, con estrategias de precio, promoción y distribución de lo que se quiere vender y publicitar, inclusive apelando a medios digitales.
Por lo anterior, es el momento de iniciar un mayor entendimiento del marketing social en la economía informal; aceptándola y tratando de entender ese desarrollo de clases populares, más profundamente, para que se puedan capitalizar en propósitos empresariales y emprendimientos que favorezcan el bienestar de quienes desarrollan esta actividad y con ello aportando a la economía del país.
Es así, que se debe tener en cuenta como iniciativa para la inclusión, el marketing social y la participación de algunos mecanismos gubernamentales que generen propuestas en donde éste marketing puede ser una estrategia fundamental, junto con el apoyo de instituciones que pueden llegar a ser muy valiosas por sus trabajos y programas desarrollados, por ejemplo “el programa del trabajo decente de la OIT”, ya que su fin es proporcionar oportunidades para que la población en edad de trabajar tenga condiciones decentes y dignas a nivel laboral, mediante la promoción de la justicia social como base principal para lograr un contexto global y mundial limpio, ya que este programa promueve la aplicación de estrategias a nivel nacional que pretende la erradicación de la pobreza.
Según los resultados de este proyecto muchos países entre ellos Colombia, vieron los logros de la puesta en práctica de una cartera amplia y diversificada de proyectos de cooperación para el desarrollo y en donde se contribuyó con la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible junto con la promoción del crecimiento económico sostenido e inclusivo.
Fuente: https://www.ilo.org/infostories/es-ES/Campaigns/Decent-Work-results/overview#intro
Teniendo en cuenta lo expuesto, se deben buscar herramientas y estrategias para que entes gubernamentales y no gubernamentales se solidaricen y tengan en balance una problemática que afecta cada vez más a la población colombiana; se deben manejar estrategias mostrando a la sociedad como involucrarse en un proyecto social, evidenciando la cruda realidad de la manera más impactante posible, llevándolos a pensar si realmente las empresas y la población en general están lista para implementar estrategias de marketing social para estas formas de economías informales en el país.
Se invita a todos los actores sociales: las empresas, academia, entidades del estado, la sociedad civil organizada a realizar acercamientos teóricos y prácticos de este marketing social, a través de investigaciones que permitan reorientar las finalidades del llamado marketing con causa, dedicado no sólo a resaltar la imagen corporativa y de marca de quienes se benefician de esto, sino que promueva la publicidad y aproximación a este tipo de economía, sustento de la mayoría de familias en nuestro país.
La economía solidaria como protagonista en ayudar a resolver los grandes problemas sociales, podría empezar a impulsar un marketing social incluyente, cambiando el paradigma tradicional del mercadeo y la publicidad, haciendo inclusión social a partir de un marketing social y solidario, tema que no ha sido desarrollado aún y de quien nadie habla. En conclusión, el articulo nos llama a preguntarnos si se hace necesario crear un nuevo marketing que aborde ese mercado y economía real, vigente de la economía informal.
¿Es hora de tener un marketing social y solidario?
Por: María Paula Agudelo Rojas y Manuel Valentino Vásquez Parra, estudiantes de las Universidad La Gran Colombia.