En Neiva lugar una de las experiencias sobre el apoyo a pequeños productores para suplir las necesidades los consumidores, siendo sostenibles y generando un desarrollo social y medioambiental.
Responder a las demandas de los consumidores, que día a día son más consientes con el medio ambiente y el consumo prudente, es una de las premisas bajo la cual desde el 2019 y tras una pandemia, la Cooperativa de Consumo Responsable AYNI Economías Vecinas en Neiva, ha tenido lugar.
Wilson Andrés Flórez, gerente de la Cooperativa en entrevista con Perspectiva señaló que esta idea partió tras compartir “experiencias en la búsqueda de productos alternativos que satisficieran los criterios de responder a una mejor nutrición con apoyo al mercado de productores locales responsables con una gama muy diversa de referencias pero que básicamente estaban por fuera del circuito del mercado convencional”.
Y explicó que “la conclusión fue que todos estos productos eran de difícil acceso, pues para ubicar 10 productos había que ubicar a 10 productores diferentes en 10 lugares diferentes. Entonces decidimos pasar a la acción preguntándonos cómo sería posible que pudiéramos ordenar, gestionar y facilitar el acceso de manera permanente y sencilla”.
Líneas de negocio
Actualmente, AYNI Economías Vecinas desarrolla tres líneas de negocio: alimentación, cuidado del hogar y cuidado personal.
Según Flórez, esta cooperativa ha invertido la lógica en la función de este tipo de negocios, basándose en ciclos comerciales completos, es decir desde la producción hasta la distribución.
De otro lado, gracias a sus líneas de negocio se han podido crear oportunidades para apoyar a grupos de mujeres, emprendimientos personales, familiares, asociativos e iniciativas de reincorporación social y económica de firmantes del acuerdo de paz.
Entre los productos que se comercializan por parte de este proyecto, se destacan; el café, cerveza artesanal, charcutería, jabones y productos para el cuidado personal.
“Tenemos alrededor de 90 proveedores ocasionales fijos, los cuales llegan hasta los 130. Nos agrupamos en tres categorías y toda esta gestión del modelo de negocio social lo hacemos a través de nuestra página web”, añade Flórez.
“Buscamos que tenga lugar en el espacio más pequeño posible, es decir con distancias más cortas para que la entrega ocurra de la manera más ágil, además con la menor intermediación posible. Es decir cómo acercamos lo más posible a productores y a consumidores pero no sólo en términos de distancia sino también del funcionamiento del ciclo económico”, puntualizó.
Y añadió que por esa razón también trabajan en fortalecer los procesos del consumo responsable y consiente, orientados a la sostenibilidad en cuatro puntos clave: sostenibilidad ambiental, sostenibilidad económica, social y cultural.
Visión al futuro
Este proyecto, según el mismo Gerente, le está apostando de manera alineada a sus principios cooperativos, a un crecimiento donde tanto los productores como los consumidores y obviamente los asociados, se vean beneficiados.
“Nuestro crecimiento ha sido pausado pero la pandemia nos permitió, por el modelo previamente pactado al inicio de la emergencia sanitaria, estar preparados para las nuevas condiciones del mercado. Tuvimos retos de otra naturaleza, sobre todo en materia de resolver los problemas logísticos y el transporte de muchos productos que vienen de zonas rurales del departamento pero los hemos superado”, dijo.
Y recalcó que la importancia de esta organización se da por ser la única cooperativa de consumo responsable constituida en el país y que le está aportando a la región y al país con una experiencia “pequeñita en materia de una herramienta que en otras partes del mundo se mueve de forma mucho mayor con una experiencia amplia en países como Uruguay, Paraguay y Argentina”.
Por lo cual destacó, que entre sus metas de trabajo se encuentra el desarrollar una estrategia muy ágil de mercado sostenible.
“Finalmente estamos terminando un proceso de acuerdo con una agencia de cooperación internacional que nos conoció y que van a hacer un pequeño aporte para que nosotros podamos ampliar nuestra acción con un punto físico, y convertir el proceso de la adquisición de bienes y servicios de consumo en una experiencia social comunitaria y cooperativa, donde nuestros consumidores puedan tener un lugar muy amable para adquirir directamente sus productos y que además sea un espacio esparcimiento y cultura”, concluyó.