Cultura Organizacional, elemento clave de la transformación digital

Mientras en 2016 solo el 25,1% de los empresarios manifestaba tener una estrategia de Transformación Digital, en 2019 la cifra había ascendido a 63,5%, es decir que hubo un incremento del 152% en tres años. Fuente: ANDI

Por: Katherine Padilla Santos
Directora Administrativa Perspectiva Consultora Empresarial

En una época de cambios acelerados, como la que hemos vivido en la última década, donde la obsolescencia de los equipos tecnológicos es cada vez más acelerada, surge la llamada Cuarta Revolución Industrial y con ella cobra relevancia la Transformación digital, la cual podemos definir como: “Un cambio asociado con la aplicación e integración de nuevas tecnologías digitales en todos los aspectos de una empresa e incluso de la sociedad en general”.

Esta transformación digital dentro del ámbito organizacional conlleva a una nueva forma de ver y hacer las cosas, donde la respuesta ágil, oportuna y segura a las interacciones con los clientes, anticipándose a sus necesidades, son vitales para la sobrevivencia en los negocios, brindando herramientas que permitan realizar procesos de la vida cotidiana, como compras, servicios financieros, educación, telemedicina, relaciones sociales a través de dispositivos electrónicos, sin la necesidad de desplazarse de su lugar de trabajo o vivienda.

La Cultura Organizacional es el conjunto, de creencias, valores, normas y hábitos de una organización, los cuales marcan su forma de actuar o de hacer frente a una situación.

Pero ¿qué sucede al interior de las organizaciones cuando se habla de transformación digital? Esta puede ser bien recibida entre sus colaboradores o puede generar fricciones dentro de la misma, esto va a depender de la forma como sea abordado el proceso de implementación.

Es aquí donde las habilidades de liderazgo de la persona o equipo de trabajo encargado del proceso van a ser de vital importancia. Primero, debe entender que el proceso de transformación digital implica, necesariamente, un cambio en la cultura organizacional, ya que nuevos actores, tecnología y procesos van a entrar a cambiar la forma como se venían haciendo las cosas hasta el momento.

Segundo, es de vital importancia que en el proceso sean involucrados todos los miembros de la organización, estos deben ser sensibilizados sobre los beneficios que esta transformación va a generar para todos: los clientes van a contar con un mejor servicio y/o productos; los colaboradores van han adquirir nuevos conocimientos y a aprender formas de hacer las cosas de una manera más eficiente; para los dueños de la organización todo esto se va ver reflejado en mayores ganancias fruto de una mayor productividad, pero lo más relevante es que la empresa se podrá mantener en un mercado cada vez más disruptivo y competitivo.

Tercero, es necesario aclarar todas las dudas y temores que puedan generarse entre los miembros de la organización; puede ser común escuchar comentarios tales como: “nos vamos a quedar sin trabajo”, “nos van a reemplazar por robots” o “yo ya estoy muy viejo para aprender”. En este punto el líder de la organización debe generar un ambiente de confianza, explicar a todos que el objetivo es generar procesos más ágiles que mejoren la experiencia del cliente, y que van a iniciar un proceso de formación y aprendizaje, que va a permitir que la transformación digital se convierta en parte de su cultura organizacional, alineándose con su misión, visión, objetivos, valores y principios, que no se trata una moda pasajera, y que ellos seguirán siendo el activo más importante de la organización.

Si llevamos la Transformación Digital, al Sector Solidario donde los asociados son dueños, gestores y usuarios; cobra mayor relevancia la forma como se lleve a cabo este proceso, y su impacto en la cultura organizacional, más si tenemos en cuenta las características particulares que encontramos en algunas de estas organizaciones; por ejemplo, la edad de los miembros de las cooperativas, mutuales y fondos de empleados que en muchos casos se encuentra en rangos superiores, para estas personas va a ser mucho más difícil entender y aceptar que deben adaptarse a nuevas formas de hacer las cosas y en especial si estas significan el uso de nuevas tecnologías. Lo mismo puede suceder con las cooperativas que operan en zonas rurales donde la digitalización es mucho más compleja debido no solo a los niveles de escolaridad de la población, sino a la falta de recursos que permitan la conectividad, al desconocimiento y temor al uso de los mismos.

En estos casos es muy importante realizar campañas de acompañamiento, educación y comunicación, que permitan a los asociados comprender de una forma sencilla y práctica los cambios que se están realizando con los procesos de transformación digital, brindarles seguridad y mostrarles de una forma amigable sus beneficios y como estos pueden ayudarlos a realizar sus procesos productivos, operaciones financieras, compras, etc. de una forma más ágil y eficaz.

Redacción Perspectiva

Perspectiva

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