Cuando se analizan los datos que se recolectan de los usuarios para personalizar los productos y por tanto sus experiencias, se habla de openfinance.
Juan Carlos Bonilla es el delegado de la Superintendencia Financiera, y estuvo en el Congreso de la Red Coopcentral para hablar de los nuevos espacios que se han creado para el sector, además del uso que recientemente se le ha dado a los datos que por años los bancos y las entidades financieras han recolectado sobre sus usuarios.
¿Qué significan espacios como el Sandbox para el sector cooperativo?
Lo que busca la Superintendencia con la creación de estos espacios es invitar a diferentes actores económicos, sin distingo de ninguna naturaleza, y por supuesto al sector cooperativo, a que en asocio con entidades reguladas del sistema financiero, presenten iniciativas, desarrollos, herramientas, e ideas que busquen directamente mejorar su oferta de producto, que puedan enriquecerlos, hacerlos más seguros para las particularidades y para el contexto del sector cooperativo. Aquí no estamos ni queremos diferenciar a ningún sector económico. Claramente lo que se busca es que cualquier iniciativa o innovación vaya de la mano de una entidad vigilada.
¿Cuál es el decreto de finanzas abiertas y en qué consiste?
Es un proyecto regulatorio, está por ser emitido por el Gobierno nacional. Es openfinance, que busca, básicamente, definir las reglas de juego para que haya compartimiento de información. Diferentes actores se definen las reglas para que se pueda compartir la información entre un actor y otro con muchos objetivos y con muchos intereses, pero particularmente hay uno que tiene que ver con las entidades de crédito, y su propósito es facilitar o enriquecer la información para la gestión de riesgos.
¿Por qué las entidades financieras han estado, en sus palabras, “sentadas en una mina de oro” sin que nos demos cuenta?
Sí, de alguna manera, este actor económico, -su negocio- se sustenta en la gestión de datos: yo administro depósitos del público, tengo unas cifras de ahorro del público, tengo unos segmentos de población del público, sé quién ahorra y quién no ahorra. Y esa es una información que los bancos y las entidades de crédito han tenido por muchos años, y solo hasta recientemente dijeron: aquí tengo una riqueza que puede usarse para potenciar mi negocio.
Por ejemplo: primero, entender con mayor certeza y suerte los patrones de consumo de un usuario me permite a mí como banco hacer una mejor gestión de riesgos; y segundo, hacer un mejor diseño de productos, pues no es lo mismo diseñar productos para la pequeña y mediana empresa, productos para adultos mayores, o productos para personas que están empezando su vida laboral. Todos tienen unos perfiles, unos intereses y unos patrones de consumo diferentes, en la medida que el banco o la entidad de crédito tenga mejor información que les facilite eso, hay un gana gana en los dos sectores.