Por: Carlos Pineda
En su tercer programa El Coloquio compartió con Carlos Mario Vasco
Suárez, Director general de la Corporación Cinfes; con Miguel Arturo
Fajardo, Director del Centro de estudios cooperativos de la Universidad de
San Gil, y con Clemente Garay, directivo de organizaciones solidarias y
consultor, miembros de la Corporación Red Unicossol, y abordó el análisis de la filosofía y doctrina de la cooperación. En un ambiente distensionado y
agradable el encuentro consideró el pensamiento y puntos de vista sobre la
ideología y la doctrina de la economía social y solidaria en la sociedad
contemporánea, pero centrados en el vivir de nuestras comunidades urbanas y rurales.
En el contexto actual los movimientos sociales y asociativos, y
particularmente sus bases, están requiriendo de orientación ideológica y
doctrinaria de sus líderes y de los estudiosos de su problemática. Si a la hora de rescatar los valores tradicionales nos preguntamos ¿qué características debería tener una transformación apegada a la doctrina y teoría cooperativa? y si ¿nuestros directivos y gerentes deben permearse de la filosofía de la cooperación antes practicada y proponer respuestas coherentes con nuestra realidad actual? ¿En qué ámbitos son necesarias transformaciones profundas, que impulsen los cambios que requiere la nueva humanidad que está surgiendo? ¿Qué hacer? Veamos lo que nos compartieron nuestros invitados.
Carlos Mario Vasco: hablando sencillo y simple mi premisa es que se
debe volver a su génesis, volver a lo básico. Así como la economía capitalista se reinventó en el siglo XX con el neoliberalismo, la economía solidaria se debe reinventar volviendo a lo básico. No más cooperativistas formados en las escuelas clásicas tayloristas, sin fundamentos doctrinarios; allí los cimientos son técnicos, científicos, muy financieros, pero los fundamentos de la economía solidaria los miran como una memoria fosilizada a la que de vez en cuando se le rinde culto. Un curso no se enfoca a la asociatividad, a la autogestión de la ayuda mutua y de la cooperación, sino que se centra en la estructura fría empresarial y financiera; es enseñar algo sin las bases doctrinarias de la economía solidaria, con tergiversación económica, política y estructural. Una solución sencilla sería coger a todos los dirigentes, pseudocooperativistas o cooperarios y enclaustrarlos para que hagan un curso de doctrina y filosofía de la cooperación; hacerles evaluaciones de competencias para la gestión de la empresa; parece elemental pero sería muy práctico. No confrontar el pensamiento roschdeliano sino analizar la génesis de los pensadores como Robert Owen, Saint Simon, sus postulados y adaptarlos a nuestras necesidades. Porque cuando uno no sabe para dónde va, cualquier camino es correcto. Si hoy visitamos la página Web de una cooperativa encontramos servicios, créditos, tasas de interés, vehículos, pero, ¿cuántas incluyen el tema cooperativo en su divulgación? ¿Qué podemos hacer? Borrón y cuenta nueva. Si no fortalecemos nuestra filosofía vamos a perder nuestro cuarto de hora. Los comités de educación deben jalonar sus bases con gerentes incluidos. En conclusión, educar desde el ser, desde la base, reeducar hacia la militancia hacia el sector, con sentido de pertenencia.
Generar un espacio más de reflexión y de síntesis, con un llamado a los
gremios del sector para que miren hacia abajo, miren las bases; trabajar desde las comunidades, con articulación territorial
Clemente Garay: me pregunto: ¿habrá servido la formación social y
solidaria que se da en la educación cooperativa? ¿Para qué? ¿Por qué? y ¿Para qué ser asociado de una organización? ¿Cuál es el sentir de hacer parte de una organización? Porque, si los invitamos por los intereses más bajos entonces estamos haciendo lo mismo que los bancos. También me pregunto ¿por qué y para qué los directivos? ¿Un directivo tiene en su ADN los principios básicos?, ¿por qué y para qué educar?, otra cosa es formar. Preocupación por tener representación en donde se desarrollan nuestras leyes. Hay un hilo conductor que se llama filosofía para que nuestros asociados puedan entender y comprender la economía solidaria. Para tener una doctrina nuestra, debemos apartarnos de los postulados financieros. Cuando crearon la Supersolidaria copiaron mucho de la Superfinanciera porque no estaban preparados. Ahora está pasando lo mismo con la información financiera. El tema de doctrina debe ser algo supremamente fundamental. Sentimos dolor cuando el Estado con la reforma tributaria nos mete la mano al bolsillo en el tema de educación.
El tema de doctrina lo debemos construir no desde el follaje ni desde el tronco sino desde la raíz. Por eso nuestra economía social y solidaria llegó muy tarde a lo público, ésta debe comenzar desde los jardines, la primaria, la secundaria y la universidad. Insisto en la economía transformadora que genere impacto con el asociado porque hace parte de y va a querer su organización, la va a posicionar como tal. Tenemos un problema de enseñanza, nos enseñaron a pedir antes que a dar, a no salirnos de nuestros egos; nos cuesta compartir, nos volvemos egocéntricos, construimos para nuestra organización, nos olvidamos que debemos ser una espiral que crece. Cuando la crisis, por ejemplo, con ejecutivos “yupis”, implementar un tema doctrinario no tenía objeto. Con asambleas donde se espera el bono, el maletín y aparecen primero los derechos y olvidamos los deberes no podemos tener asociados dispuestos a dar por la cooperativa. Como conclusión: debemos enseñar al asociado que primero tenemos que dar para luego recibir, que tenemos un déficit de jóvenes porque en la niñez no nos enseñaron el sentido solidario, entramos en la adultez, nos envejecimos y necesitamos entregar las antorchas a los jóvenes.
Miguel Fajardo: estamos en un punto de inflexión de la humanidad.
Así cómo los pioneros enfrentaron en la industrialización una crisis,
tendríamos que repensar el modelo. El pensamiento económico está
controvirtiendo el modelo centrado en el capital, que ha incrementado la
inequidad social, el alarmante deterioro de la calidad de vida de las
comunidades y el agotamiento de los recursos naturales por las
transnacionales, que depredan cualquier rincón del mundo; la problemática de la migración, el sufrimiento de nuevas formas de esclavitud en todo el planeta, el surgimiento de gobiernos autoritarios que restringen la participación ciudadana, la dominación cultural a través de la mediática, la alienación por los medios, todo esto está siendo controvertido por las culturas de resistencia, por las distintas formas alternativas de economía en el mundo, por las culturas transformadoras. Creo que hay que volver a las fuentes, a los orígenes, hay que volver modernamente con pensamientos reconstruidos, reformulados.
Manfred Max Neef, Luis Razeto, Christian Felber, Marha Nussbaum Giorgos
Kallis, Amartya Sen, llegan a la conclusión de que debemos cambiar el
paradigma de desarrollo que hemos venido siguiendo. Dentro de ello en
Amèrica Latina surge un contraste interesante: la vida con dignidad, el buen vivir. La vida en el buen vivir, en armonía con las personas, con los demás, con la naturaleza. Esta armonía social, personal, individual y con los seressobrenaturales que han desarrollado la naturaleza; todo implica volver a las fuentes de una manera creativa. Nos van a llevar a unos valores que debemos cimentar en todas nuestras organizaciones soldarías, cooperativas, fondos, mutuales asociaciones corporaciones etc., mediante: 1º. Democracia
participativa, que permita la gobernanza, hay una distancia entre la gerencia y los asociados, entre los consejos y sus asociados es necesario reencauchar esa democracia efectiva participativa. Es necesario hacer acumulación solidaria así es como se encarnan los bienes comunes.
2º. La honestidad a toda prueba, cuando los negocios turbios entran al sector lo dañan, pierden la confianza, ese valor de la honestidad, la transparencia de la gallardía, de la ética civil aplicada con mínimos y máximos es vital para las organizaciones solidarias.
3º. El Calentamiento global, tenemos una responsabilidad ambiental, hay
demostrada capacidad de recrear nuestra casa común, debemos trabajar sin descanso. Es necesario que ese discurso se encarne, el mensaje de un buen gobierno cooperativo, de un buen gobierno mutualista, un buen gobierno fondista.
4. La educación: las sociedades van creando los arquetipos, Edgar
Morin, nuestra mente queda como sellada por la cultura en la cual nacimos, en la escuela en los primeros años. No es posible tener una humanidad nueva sin gente nueva; ese proceso de gente nueva se construye desde los primeros años, aún tenemos capacidad de aprender y reaprender. Señalaba Zygmund Bauman que estamos en una cultura liquida, que no se deja atrapar, que no se deja moldear fácilmente y esa es la cultura de los jóvenes. Con la misma utopía debemos llegar con discursos creativos, con formas de acciones creativas; con discursos y reinterpretaciones promover desde nuestras cooperativas el arte solidario, que los niños o jóvenes sientan que están creando el mundo.
La gran conclusión es llegar a la base pero comenzando con la dirigencia,
llegar con el mensaje que ellos deben llevar a la base pero con la doctrina y la filosofía no con la tasa de interés.
- Consultor internacional, Economista, Magíster en ciencias económicas y magíster en análisis de
problemas políticos, económico e internacionales contemporáneos. Director Perspectiva y
miembro Corporación Red Unicossol. E-mail: pinedaconsultorias@gmail.com