Canapro, los ‘profes’ al rescate del medio ambiente

La Cooperativa Casa Nacional del Profesor, empezó hace unos años un ambicioso proyecto ambiental, inicialmente para producir madera cultivada y hoy cuentan con varios frentes de trabajo, logrando sembrar alrededor de 1.350.000 árboles en zonas deforestadas del país. En esta entrevista, Edinson Castro, nos cuenta el avance en este y otros temas

En Bogotá, el 14 de junio de 1958, inició la historia de la Cooperativa Casa Nacional del Profesor, Canapro. Y desde esa época a la fecha, ha tenido un crecimiento y una evolución significativa en sus objetivos, propio del cambio de los tiempos, de la legislación y de la realidad del entorno.

Una de las iniciativas que más llama la atención es la que denominan Canapro Ambiental, la cual nace en respuesta al llamado que las organizaciones internacionales realizan a los Estados y sus pobladores, para generar acciones reales que permitan frenar el acelerado deterioro de nuestro entorno natural, el más preocupante se refleja en el cambio climático; esto, unido al espíritu de sostenibilidad ambiental propio del sector cooperativo, contribuyó para que en el 2008 se diera inicio a este proyecto en el municipio de Puerto Carreño, en el departamento del Vichada.

Edinson Rafael Castro Alvarado, gerente de Canapro, destaca que la idea surge casi de manera simultánea con la Confederación de Cooperativas de Colombia, Confecoop. Desde la cooperativa se empiezan a establecer las primeras propuestas y esto coincide con una posterior de la confederación, desde donde se evaluaba el compromiso del sector cooperativo en materia de sostenibilidad ambiental. De esta manera firman el Pacto Verde Cooperativo, junto con otras 21 organizaciones del sector.

“Entendíamos que nuestro papel podría estar ligado a la oportunidad de producir madera cultivada, eso era parte de un primer ejercicio, porque veíamos la deforestación como un gran problema y una gran oportunidad”, afirma Castro. Además, analizaron casos exitosos en países como Chile y Canadá. “Ellos tienen estaciones y están lejos del trópico. Canadá es exportador de maderas y ellos solo tienen sol por unos meses del año, y nosotros en el trópico, cómo no vamos a ser capaces de hacerlo”.

“Entendíamos que nuestro papel podría estar ligado a la oportunidad de producir madera cultivada… porque veíamos la deforestación como un gran problema y una gran oportunidad”, Edinson Castro.

Escogieron los Llanos Orientales de Colombia porque tienen zonas sin cultivos y tampoco había nada para tumbar. Incluso, han pensado en tener un convenio con Venezuela para sacar la producción por el Orinoco, siempre enfocados en una concepción más latinoamericana del proyecto.

Primeros resultados y el futuro

Canapro Ambiental combina procesos de producción y uso sostenible del recurso del suelo, con los componentes de conservación y protección de bosques nativos. Tienen plantaciones de Acacia mangium, Anacardium occidentale, actividades apícolas y silvopastoriles, cada una de estas desarrolladas bajo estándares de sostenibilidad ambiental.

En los primeros resultados del proceso de reforestación y conservación, han retornado especies nativas como aguiluchos, zorros, tigrillos y chigüiros; en los apiarios tienen cerca de 800 colmenas y un número aproximado de 20.000.000 de abejas; han sembrado cerca de 1.350.000 árboles de Acacia mangium, y para lograrlo han generado trabajo formal y solidario con colaboradores que vienen de espacios geográficos afectados por el conflicto; finalmente, son los guardianes del primer río protegido de Colombia, el río Bita, pues tienen bajo su responsabilidad un territorio de más de 10 kilómetros en la zona de Puerto Carreño, donde se protegen especies en vía de extinción.

“En Confecoop hemos planteado que hagamos un solo proyecto, pero también se debe contar con las diferentes percepciones de cada cooperativa. Desde lo filosófico es viable, pero desde lo práctico es un poco mas complejo”, asegura el gerente de Canapro. Además, se proyecta a crecer, en el futuro inmediato, hasta llegar a cubrir otras dos mil hectáreas.

“Podemos generar más participación de las comunidades porque este proyecto requiere mucha manualidad. Podemos hacer vinos, sembrar manzanas para secarlas y transformarlas, y así dar trabajo en esos espacios. Si algo requiere el campo es generarle trabajo decente y tenemos el privilegio de ayudar, mal haríamos en no hacerlo”.

Cambios hacia el futuro

Para el gerente de Canapro, es claro que algunas cosas cambiaron y otras, definitivamente, nunca van a volver. En el caso de los créditos, “el crédito virtual no necesitamos volverlo a hacer presencial. No queremos que los compañeros, trabajadores o asociados se trasladen innecesariamente. Queremos un ambiente de socialización, pero no que tengan que ir solo por solicitar un servicio. Nos estamos preparando para no perder parte de la vida trasportándonos o desplazándonos, sino que desde la virtualidad se facilite”.

La cooperativa busca aprovechar la capacidad de sus centros vacacionales para que sean una oferta no solo para asociados del sector educativo sino también para el servicio de pequeñas y grandes empresas, “nuestros centros vacacionales pueden ser una oferta para un empresario de 10 a 15 trabajadores y así ayudar para que no tengan que hacer créditos directos con auxilios vacacionales, médicos o funerarios”. Teniendo en cuenta que alrededor del 90% de los trabajadores formales están en Pymes, esto genera una gran oportunidad.

Redacción Perspectiva

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