¿Pero eso qué significa? Y más importante aún, ¿qué hace Colombia para proteger una de las fuentes de vida, agua y biodiversidad más importantes del planeta?
En 1974 la UNESCO, en alianza con varios países, crea las Reservas de Biosfera, con el objetivo de preservar los ecosistemas más ricos del planeta, y abogar por un futuro donde el hombre convive en armonía con la naturaleza.
Desde entonces, cada año crece la lista de lugares pertenecientes a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera, en la que Colombia participa desde 1979; cuando se anexó el Cinturón Andino, el Tuparro, y la Sierra Nevada de Santa Marta; después en el año 2000 se suma la Ciénaga Grande de Santa Marta y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
El Cinturón Andino está ubicado en el Macizo Colombiano, comprende tres parques nacionales: La cueva de los Guacharros, Puracé y el Nevado del Huila. La estrella hídrica del país es hogar de un fenómeno natural digno de ser preservado: la producción de agua dulce desde el corazón de montañas altas, donde abundan los páramos.
El río Magdalena nace en la Laguna Magdalena, en el páramo de las Papas, en el Macizo Colombiano.
El Macizo Colombiano es una cadena montañosa ubicada en el suroccidente de Colombia, que se extiende a través de varios departamentos del país, incluyendo Nariño, Cauca, Huila, Tolima, Quindío, Risaralda y Caldas. En el Macizo hay 65 lagunas, 15 páramos, y 15 volcanes, aunque no todos están activos. Es el productor de agua dulce más importante del país, y cuna de los ríos Magdalena, Cauca, Patía, Caquetá, Páez, Jambaló, Pescado, Guayas, Sunsiya, Orteguaza, entre otros.
El agua es la subsistencia del hombre, para nuestra alimentación, producción de energía, comercio, turismo y desarrollo social, es fundamental. Es un derecho universal y Colombia cuenta con una de las riquezas hídricas más importantes del mundo, tantos ríos que no hay un número exacto para contarlos todos.
El río Cauca nace en el cerro El Español, cerca del páramo Sotará, en el Macizo Colombiano.
Lo que sí sabemos, es que el estado actual de nuestros grandes ríos es decadente. El río Magdalena muestra una gran cantidad de microplásticos, alertó la Corporación Universitaria del Huila, quienes descubrieron que los plásticos en el río provienen sobre todo de microfibras expulsadas por lavadoras durante el lavado, y que luego se vierten a la cuenca del río.
En el caso del río Cauca, la contaminación proveniente de aguas residenciales es una parte importante, a lo que se suman desechos agroquímicos y desechos de minería realizada en el volcán Puracé. Este también es el caso del río Caquetá, en el que mercurio, producto de la minería ilegal en el departamento, lo envenena diariamente.
Es bueno recordar la belleza hídrica del país, y recordar con felicidad que somos considerados una reserva natural importante para la humanidad. Pero como en el mundo entero, los esfuerzos para salvar el medio ambiente se ven frustrados ante el crecimiento económico y el desarrollo desenfrenado. Está en manos del Estado, de los empresarios y del consumidor, pensar y ejecutar alternativas que preserven la vida de la humanidad, los animales, y las plantas en la tierra.