La fuerza solidaria en el corazón verde

Apostarle al desarrollo productivo de manera sostenible ha sido solo uno de los objetivos que se han cumplido en el departamento del Vichada entre las comunidades campesinas y Canapro. Miel, marañón y biodiversidad, sus fortalezas.

Con estrategias que sean realmente sostenibles a lo largo de los años; académicos, investigadores, entidades no gubernamentales y por supuesto el cooperativismo han venido trabajando en acciones concretas de conservación ambiental pero también en oportunidades de desarrollo para las comunidades que resguardan el río de la vida: El Bita.

Ubicado a la altura de la cuenca del Orinoco, en Vichada, sobre Puerto Carreño, se origina una de las tareas más importantes en pro de la comunidad desde el sector solidario.

Una iniciativa que ha sentado precedentes para el trabajo de las cooperativas en Colombia, pues además de desarrollar un proyecto productivo, lo hacen preservando el medio ambiente y la cuenca hidrográfica.

“Buscamos llegar a otros territorios a llevar el modelo y el mensaje cooperativo para el campo colombiano”.

Apuesta a la ruralidad

Basados en los principios y valores de la economía solidaria, Canapro “aporta al desarrollo forestal, ambiental y social, mediante la ejecución de procesos silviculturales que permitan el desarrollo económico mediante la incorporación de actividades compatibles”.

Según lo explica Jonathan Pardo Masmela, jefe del Departamento Socioambiental de Canapro, “creemos que desde la multiactividad de la cooperativa podemos impactar de manera directa a los campesinos, víctimas, desplazados, mujeres y jóvenes que están en la ‘Colombia olvidada’, apoyando las micros y medianas empresas, porque consideramos que les falta ese impulso para poder sacar los productos, fruto de su trabajo, al consumidor directo”, indicó.

Y agregó que desde Canapro se vienen impulsando las economías campesinas y familiares que requieren una mirada del sector cooperativo. “Queremos que en el país se empiece a cooperativizar el campo”, agregó.

Iniciativa ambiental

Este proyecto surgió en 2008, como una iniciativa ambiental, sin embargo con el paso del tiempo y la vinculación de más actores de la población se desplegó un desarrollo productivo.

“Esta transición se ha venido dando desde que el sector cooperativo colombiano firmó el pacto verde cooperativo. Allí empezamos un proceso de reforestar y sembrar árboles, los cuales contribuyeron a la polinización, así fuimos integrando las abejas de la mano con agricultores de la zona, a quienes empezamos a capacitar. Luego empezamos a tener subproductos, los cuales son los medios para poder ayudarles a ellos desde lo económico y brindar así un sustento a sus familias”.

Pardo Masmela explicó que estas actividades tienen lugar en la cuenca del río en una franja de 20 km, donde se siembran principalmente árboles nativos, en especial de marañón, del cual empezaron a comercializar sus frutos dándoles valor agregado y transformándolos en: frutos secos, vino, jabones, entre otros.

 “El haber sido merecedores del premio Emprender Paz en 2018 nos compromete seguir trabajando con esas comunidades”.

Ejemplo cooperativo

Este proyecto además ha sido uno de los más innovadores a nivel Colombia, y como lo señala el directivo, “fundamentalmente tiene que ver con el propósito que por hoy las cooperativas han asumido que es un papel muy importante y protagónico el poder generar un punto de apoyo en lo que se refiere a los actores rurales de pequeñas poblaciones, brindando posibilidades reales de ayuda”.

Frente a los beneficios o el crecimiento que pueden obtener las entidades del sector solidario, agregó que este tipo de iniciativas, les permite “reconocer lo qué pasa detrás de cada territorio pero eso también nos obliga a actuar. Cuando conocemos las necesidades del campo y de los territorios, esto nos pone un reto de actuar en concordancia con nuestros principios cooperativos”, concretó.

El futuro

El Directivo señaló que en un futuro próximo se espera que todos los actores del sector solidario sumen esfuerzos en ese trabajo y que por parte del Gobierno Nacional a través del SECOP se llegue a más territorios del país.

“Queremos desarrollar procesos de neutralidad del carbono, de energía fotovoltaica, huella ecológica e hídrica, además ayudar a los productores en el reciclaje. Todo desde el ángulo de la conservación y el cuidado del medio ambiente. Ahora estamos desarrollando Pacas Bio-digestoras, para poder llevar a los barrios y hacer todo el proceso de compostaje. Iniciativas que queremos replicarlas y que lleguen a todas las cooperativas”.

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